viernes, 30 de octubre de 2009

Valoración previa de las alteraciones de los maxilares tras la pérdida de la dentición permanente

Con el paso de los años, y como consecuencia de la perdida de los dientes naturales, tienen lugar unos cambios de carácter involutivo en el sistema estomatognático que van a ejercer una importante influencia sobre el posible tratamiento protésico total, en etapas posteriores.
Maxilares
En el caso de que la zona alveolar haya perdido su capacidad funcional, o en caso de haber sufrido ésta demasiadas sobrecargas patológicas causadas por prótesis parciales mal indicadas y colocadas, dicha zona alveolar llega a desaparecer de un modo más o menos rápido (en color amarillo). En el caso más desfavorable, esta pérdida llega a extenderse hasta la base mandibular. Las pérdidas de cresta alveolar son a menudo de carácter notablemente irregular. Si se observan estas zonas alveolares desaparecidas desde su cara lateral, suele apreciarse un plano antero posterior de Camper, siguiendo el curso descendente de la cresta mandibular. Ver figura superior
En la figura del medio (A) se observa como el arco superior desborda en el sector anterior al arco inferior en un paciente con dentición natural. Y como en la figura (B) el arco superior no desborda al inferior en el sector anterior y como se abre el arco inferior en el sector posterior por reabsorción del hueso alveolar.
En la figura inferior se observa la inclinación de la línea alveolar antes y después de la desaparición del hueso alveolar.
Línea alveolar vertical antes de la desaparición
Línea alveolar inclinada tras la desaparición del hueso alveolar; a = inclinación de la línea alveolar con respecto a la horizontal.
En algunos casos de mucha reabsorción alveolar, debemos considerar un enfilado atípico (mordida invertida en el sector posterior), para estabilizar la prótesis superior y dejar espacio suficiente para la lengua en la prótesis inferior.
· Maxilar superior: Línea continua
· Maxilar inferior: Línea punteada
Musculatura
La musculatura responsable de la mímica pierde parte de sus inserciones a causa de la pérdida de las zonas alveolares. De este modo, se produce la formación de arrugas en los surcos bucales y la caída del labio, en particular del superior, en la región del músculo orbicular de los labios. Durante el curso de la pérdida de la zona alveolar, la inserción de los frenillos labiales puede llegar hasta la zona alveolar a un nivel elevado, obstaculizando la función de la futura prótesis.
Articulaciones temporomandibulares
En la articulación temporo mandibular del ser humano se producen, a una edad avanzada, una serie de transformaciones y manifestaciones de desgaste, en parte características, que se relacionan con el largo período de uso de la misma.
El disco articular de la articulación temporo mandibular se vuelve a menudo muy fino, parcialmente deshilachado y en ocasiones incluso perforado. Según investigaciones, en los grupos de edad comprendidos entre los 60 y los 80 años, más de un 20 °/o de las personas lo tienen perforado. La localización predilecta de dicha perforación es el polo condilar lateral, aunque la zona perforada puede extenderse, no obstante, hasta toda la superficie del disco articular.
La perdida de tejido conectivo del disco conduce a un mayor estrechamiento de los espacios articulares. Finalmente al producirse con el movimiento un fenómeno de roce de hueso sobre hueso, tiene lugar los conocidos ruidos de crepitación.
La perdida de la elasticidad por las continuas exigencias funcionales da lugar a un debilitamiento de las inserciones del disco, con lo que dicho disco articular sufre una desviación progresiva, desde una posición "centrada" hacia delante.
La perdida general de matriz ósea facilita a la cabeza articular un espacio más amplio de movimiento, suele observarse una tendencia clara a la sobre mordida.
Neurofisiología
Las funciones neuronales sufren una involución en correspondencia con los cambios de carácter degenerativo vinculados a la senilidad. A este respecto resulta de particular interés la disminución de información sensorial debida a la pérdida de las piezas dentarias y de receptores periodontales que se vincula a dicho fenómeno. De este modo, por ejemplo, va empeorando el control nervioso sobre la consistencia de los alimentos.
Los mecanismos de regulación del sistema nervioso central y, con ello, la capacidad funcional coordinada de la musculatura de la masticación sufren también una alteración de índole involutiva. Lo positivo de todos estos fenómenos consiste en la disminución de la susceptibilidad patológica del sistema frente a determinadas funciones erróneas, pero, en contrapartida, presenta un inconveniente de que las evoluciones motrices de carácter funcional resultan, en general, de sustitución más dificultosa.
Ello puede comportar importantes problemas en lo referente a la adaptación de la prótesis y al aprendizaje de todo nuevo patrón de función masticatoria.

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